Durante la mañana de ayer, las redes sociales estallaban en Calatayud por un presunto maltrato animal. En la Avenida Diputación de la capital bilbilitana, frente al Hotel Globales, un cachorro de perro, de alrededor de 1kg, aparecía muerto en un aparcamiento.
No es la primera vez que se da un caso de maltrato animal en la ciudad. Ya en varias ocasiones, la Policía Local de Calatayud ha interpuesto denuncias por delitos de este tipo. La última reseñable, cuando una mujer se montaba en el tren y dejaba a su perro, atrapado en una jaula dentro del coche, durante todo un fin de semana.
Abandonar el cadáver de un perro en la vía pública puede acarrear consecuencias legales y sanitarias importantes. El abandono de animales, vivos o muertos, se considera una infracción administrativa que puede ser calificada como leve, grave o muy grave dependiendo de la legislación autonómica y local. Las multas pueden oscilar entre 500 y 50.000 euros.
Por delito de abandono, si el animal murió por negligencia o maltrato previo, y si se demuestra que la muerte del perro fue resultado de negligencia o maltrato por parte del propietario, el abandono del cadáver podría considerarse una forma de ocultar un delito, lo que agravaría la situación legal. El Código Penal contempla penas de multa de uno a seis meses e incluso inhabilitación especial para la tenencia de animales.
Además, si se prueba que el perro fue maltratado hasta la muerte, la persona responsable podría enfrentarse a penas de prisión de 12 a 24 meses e inhabilitación especial para tener animales de 2 a 4 años.
