Los vigentes subcampeones del mundo han doblado la rodilla en Múnich frente a una España testaruda en su determinación por hacer historia en cada partido de la presente Eurocopa.
De inicio, Luis de la Fuente reinventaba el once obligado por las bajas dando entrada a Nacho, Dani Olmo y un Jesús Navas que ha debido vérselas con las incursiones de Mabappé.
Tras un primer cabezazo de Fabián a los cinco minutos, el parisino de oro respondía poco después con su potente zancada por el costado zurdo y su finura en el centro hacia la cabeza de un Kolo Muani que no perdonaba.
Francia se adelantaba pronto y la eliminatoria se le ponía perfecta en su diseño, con la potencia física de sus centrocampistas impidiendo las conexiones españolas en campo contrario. La Selección sufría, pero un adolescente que el próximo sábado cumplirá diecisiete años llegaba en su auxilio con un gol convertido en clásico instantáneo de la historia del fútbol.
Lamine Yamal recibía poco más allá de la media luna, se abría espacio ante Rabiot y a 25 metros exactos de la portería conectaba un zurdazo mortal de necesidad a 102 kilómetros por hora que hasta el poste derecho de Maignan se negaba a alejarlo de las mallas.
Una diana inolvidable que dejaba aturdidos a Les Bleus ante una España que olía la sangre hasta hacerla brotar en la defensa gala con una maniobra de funambulista de Dani Olmo culminada con un certero derechazo que Koundé terminaba por introducir en su propia portería.
Segundo gol y segunda remontada de la presente Eurocopa para una España proteica, capaz de cambiar de forma en cada fase del partido.
La que llegaba tras la reanudación invitaba a defender con la pelota y la Selección rozaba el 60% en la posesión para desesperanza de los Tchouameni, Mbappé o Dembélé, quien se topaba con un inconmensurable Unai a la hora de partido.
Deschamps lo intentaría moviendo el banquillo, con Giroud o Griezmann con buenas opciones en las botas de Mbappé y Theo Hernández, pero el destino se había teñido de rojigualda.
España alcanza su quinta final de la Eurocopa y el próximo 14 de julio, ante Inglaterra o Países Bajos, aspìra a conseguir, con un cuarto entorchado, lo que nadie antes logró: Marchons! (caminemos), reza el himno francés con el que seguro que Luis de la Fuente estará de acuerdo.