PREGUNTA: ¿Cómo llega un bilbilitano como tú a ser una de las voces preferidas por los aragoneses?
RESPUESTA: Como en todo, influyen muchos factores: algo de vocación, mucho empeño y, sobre todo, una inmensa suerte por haberme encontrado en el camino a personas que me han dado estupendas oportunidades y de las que he podido aprender mucho.
P: ¿Cuál ha sido tu andadura desde el comienzo hasta hoy en día?
R: Empecé en Radio Calatayud de la mano de Jesús Alcalde haciendo 40 Principales con 17 años en el año 90. Un año después tuve la suerte de ganar el concurso de disc-jockeys de la Cadena 40 y ser finalista nacional; y en el 92 gané otro concurso de disc-jockeys en lo que entonces era Onda Cero Música y que ahora conocemos como Europa FM. En medio, estudié doblaje en la escuela de Juan Antonio Fernández Abajo. El doblaje es mi otra gran pasión; y también estuve siete años en Aragón TV presentando el concurso Xlacara.
P: ¿Dónde trabajas ahora y a que te dedicas en el día a día?
R: Pues sigo en Onda Cero, donde he pasado el grueso de mi trayectoria. Este año he cumplido 25 años en la cadena. Mi día a día transcurre centrado en el programa “Más de Uno Zaragoza”, que hago de 12,30 a 14,00 h. Y el resto del día me dedico al doblaje, que, como te digo, es una de mis grandes pasiones.
P: A parte de la radio, has tocado la televisión, ¿cómo fue esa experiencia?
R: Fue divertido mientras duró. A mí nunca me había llamado la atención la televisión, desde el punto de vista profesional. Me llamaron para que hiciera el casting para un concurso que estaban preparando en Aragón TV. Lo hice sin demasiada fe. No creía tener posibilidades, sobre todo cuando llegué al plató y encontré a gente de la tele, conocida y con mucha experiencia. Por alguna razón, la cadena terminó apostando por mí. Empezamos con un compromiso de 80 programas, sin saber muy bien cómo funcionaría. Después de esos 80, nos renovaron otros 60 y aquello ya fue como un regalazo. Al final terminamos haciendo más de 1500 programas y estuvimos en antena siete años. Podríamos haber seguido, ya que la audiencia seguía estando por encima de la media de la cadena y el formato funcionaba; además, Aragón TV seguía apostando por nosotros. Fue una cuestión estrictamente burocrática: despachos, pliegos de adjudicación de programas… y en eso, un medio público debe ser muy escrupuloso. Claro, haciendo balance sólo puede ser positivo: empecé para tres meses y estuve siete años. Fue una bonita aventura, pero no es un medio en el que me hubiera gustado quedarme. De hecho, la condición para presentar Xlacara fue que las grabaciones se organizaran de forma que no afectara a mi trabajo diario en la radio.
P: También has hecho muchas colaboraciones y trabajos para Calatayud, cuéntanos.
R: Bueno, no tantos. Lo último ha sido poner voz un video promocional de la Semana Santa de Calatayud hace unos meses por Dukvi TV. Pero salvo algún trabajo puntual, como el que te comento, suelen ser colaboraciones: fue un honor, por ejemplo, aunque resultó muy triste para todos, poner la voz al vídeo en el que se anunciaba la cancelación de San Roque durante la pandemia. He presentado algún acto cuando se me ha pedido pero, como te digo, de forma desinteresada.
P: A un profesional como tú se lo tenemos que preguntar. ¿Crees que la aventura de «LA AFLUENCIA DEL JALÓN», hoy en día y en papel, es arriesgada?
R: Consejos vendo que para mí no tengo. Lo cierto es que si hay un medio del que te puedo dar pocas pistas es el escrito. Un proyecto de emprendimiento siempre es arriesgado, sea cual sea la actividad. Cuando se trata de un medio de comunicación, en un momento como este, lo es todavía más. Estamos en pleno proceso de exploración de formatos, vamos viendo por dónde empiezan a ir las cosas, pero sigue siendo un escenario tremendamente incierto: lo que hoy parece que funciona mañana puede cambiar. Hace poco más de un año, Youtube parecía que era incontestable y, de pronto, aparece Twitch. Hace un par de años nos quejábamos de los teléfonos móviles que ya no traían sintonizador de radio analógica, y ahora vemos que, en realidad, estaban yendo por delante porque la radio ya se escucha por las apps de las cadenas. En cuanto a los medios escritos, creo que son los más vulnerables a estos cambios, los que más difícil lo estáis teniendo para encontrar el modelo de negocio. Primero, porque ahora mismo, en realidad, todos los medios somos ya medios escritos; por ejemplo, yo hago radio, pero todos los días escribo, al menos, dos piezas extraídas de los contenidos de mi programa para publicarlas como artículo en la web de Onda Cero asociadas al audio de ese contenido. Creo que con el papel puede ocurrir como con la radio analógica: que la han enterrado viva muchas veces y siempre ha sido para acabar teniendo más fuerza. Ahora cualquiera puede hacer un podcast desde su casa, igual que puede hacer un periódico digital o un contenido audiovisual para Youtube o Twitch; dejando a un lado la cuestionable calidad de muchos de esos productos porque que uno pueda hacerlo desde su casa no quiere decir que lo pueda o sepa hacer bien, hay algo que nos queda a los que venimos de los medios tradicionales, que es nuestro formato original. Aquello que parece condenado a desaparecer, como la radio ‘de siempre’ o la prensa escrita, es lo que se convierte en un valor extra. Siempre vamos a necesitar los formatos tradicionales. Lo hemos visto recientemente con la caída de Facebook, Instagram y Whatsapp. En esos momentos necesitamos algo tangible, que no dependa de un sistema de ceros y unos almacenados en un centro de datos secreto en Oregon o el Círculo Polar Ártico. El papel, como las ondas, quedarán siempre. Vuestro éxito dependerá de vuestro buen hacer y de vuestra capacidad de ganaros la confianza de vuestros lectores. Seguro que lo hacéis muy bien.
P: ¿Qué próximos proyectos tiene José Antonio Alaya?
R: Bueno, no hay nada más y nada menos que un programa diario de radio que exige mucha entrega y mucho trabajo. Y las series y películas que vayan llegando para doblar en Estudios Roma.