
Pasadas las 19:30h de ayer, los tambores volvían a sonar en Calatayud. Desde la Parroquia de San Andrés partía la procesión formada con representación de todas las hermandades y cofradías de la ciudad, sus estandartes y el piquete de honor de la Junta Mayor de Semana Santa. Este último es una banda de tambores y bombos formada por miembros de las bandas de las cofradías.
Tras recorrer las calles del casco antiguo bilbilitano, la procesión llegaba a la Colegiata de Santa María la Mayor, lugar donde Manuel Casado hacía lectura del pregón y donde se celebraba el acto principal en el que también participaba el presidente de la Junta Mayor de la Semana Santa de Calatayud, Sebastián Gómez.
Tras ello, todas las bandas bilbilitanas realizaban el ya tradicional “Clamor Cuaresmal” a ritmo de tambor y bombo: se realizaban tres toques para anunciar la llegada de la querida y esperada Semana Santa Bilbilitana.

Vía Crucis del Primer Domingo de Marzo
Como bien dice su nombre, el domingo 3 de marzo, primer domingo del tercer mes del año, Calatayud acogerá el segundo de los actos, el Vía Crucis del Primer Domingo de Marzo. Precisamente este está considerado la primera procesión de la Semana Santa en España. Además, es la manifestación popular de fe más antigua de la ciudad de Calatayud.
Este Vía Crucis, en el que los participantes van rezando las estaciones a lo largo de su reccorrido, se ha mantenido a través del tiempo desde que se estableció en Calatayud la primera comunidad de frailes franciscanos sobre el año 1230 y fundaron en esa época el convento de San Francisco de Asís.
Este ejercicio piadoso, Es el Vía Crucis General u Oficial de la Junta Mayor de Semana Santa de Calatayud. Se celebra, como antaño, utilizando 14 estandartes con las escenas que representan las estaciones en que se compone el Vía Crucis, y los precede una imagen de Cristo crucificado custodiado por dos faroles.
Estos elementos son portados por miembros de las 13 hermandades y cofradías de penitencia de la ciudad, que vestidos con sus respectivos hábitos, túnicas y capirotes o terceroles dan anonimato a esta práctica penitencial.