El pasado 24 de julio de 2023, la empresa bilbilitana RRD comenzaba la demolición controlada del edificio de los números 8 y 9 de la calle Explanada de la Estación de Calatayud, frente a la Estación de Tren. Esta decisión se tomaba “a la vista de varios informes técnicos que advierten del peligro del inmueble y después de declararse su ruina”, tal y como aseguraban entonces desde el Ayuntamiento de Calatayud.
Tan solo un día después de comenzar los trabajos, un operario fallecía tras derrumbarse parte del edificio y caer los escombros encima de la maquina con la que se realizaban estas labores.
Ahora, casi un año después, los trabajos están próximos a finalizar tras estar varios meses parados. Aseguran desde la empresa que el parón se debe a la existencia de fibrocemento (amianto): “le han dado mucha importancia aunque casí su existencia es nula”. “Todo el material que sale de aquí se está pesando”, subrayan desde la empresa que creen que “las exigencias han sido demasiadas”. Todas las medidas preventivas para tratar este tipo de material se han utilizado, incluso en el entorno se encuentra una cabina de descontaminación.
Tras el derribo queda desescombrar y reconstruir y arreglar parte de la Ermita que se encuentra junto al edificio demolido, pues se ha dañado parte de la pared, que era la misma. “Estamos a la espera de que la direccióm facultativa nos diga como seguir”, puntualizan.
El pasado 12 de julio de 2023 un informe del Arquitecto Técnico Municipal del Ayuntamiento de Calatayud informaba del estado de colapso parcial de esta construcción y del riesgo de colapso total tras la intervención de los bomberos por un incendio en una de las viviendas. En este documento se hacía constar que el inmueble presentaba cierto peligro para la seguridad pública y para la integridad del patrimonio, puesto que se ubica justo al lado de la Capilla de la Estación y próximo a la estación ferroviaria. Anteriormente ya se habían realizado varios requerimientos a la propiedad para actuar en su cerramiento y con medidas que garantizasen su estabilidad.
Con esa descripción de la estructura del edificio se declaró el estado de ruina inminente y se establecía la necesidad de llevar a cabo de manera urgente su demolición.
Como consecuencia del incendio que se registró en una de esas viviendas el 8 de julio, el estado de la construcción se agravó. El fuego y el agua empleada en su extinción aumentó la carga de los forjados y disminuyó su capacidad. Eso hacía más grave el riesgo de colapso total. Así se hace constar en otro informe del Servicio Provincial de Extinción de Incendios. En el mismo se pone de manifiesto la existencia de grietas en muros y paredes, y que hay zonas del edificio que son inaccesibles por el riesgo de colapso y derrumbe.