Cercanos ya los días centrales para la vida del cristiano en la Semana Santa, los párrocos de Calatayud queremos invitar a todos los fieles y visitantes a que se unan a estos días intensos en los que celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
El Domingo de Ramos daremos inicio solemnemente a esta Semana Santa con la procesión de que conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén para ser aclamado como Rey al grito de “hosanna”. La liturgia del día nos acercará ya a la Pasión, este año según san Lucas, para que nos demos cuenta de que este Rey, que es Cristo, reina dando la vida por sus ovejas.
El Jueves Santo entramos de lleno en el Triduo Pascual, celebrando el momento de la institución de los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal en la Última Cena, y el día del Amor Fraterno, significado en el lavatorio de pies. También es el día en el que se nos invita a dedicar un tiempo a la oración ante los llamados “Monumentos” de nuestras parroquias y monasterios, dedicando ese tiempo a recordar la agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos, invitándonos a “velar y orar para no caer en la tentación”.
El Viernes Santo celebramos la Pasión y Muerte del Señor. Los actos de piedad popular de la mañana nos van introduciendo en la celebración litúrgica propia del día donde podremos escuchar la Palabra de Dios, unirnos a la Oración Universal de toda la Iglesia, adorar la Santa Cruz y recibir el Cuerpo del Señor. A la hora de la Muerte del Señor, las tres de la tarde, en la parroquia de San Antonio se rezará la Coronilla de la Divina Misericordia y la oración de las Cinco Llagas. Pero en este día hay algunas peculiaridades en nuestra Ciudad que conviene recordar: la procesión de la Siete Palabras por la mañana desde Santa María, y por la tarde la procesión claustral en la Basílica del Santo Sepulcro con la magnífica imagen del Cristo Yacente. Por último, la procesión general del Santo Entierro desde la parroquia de San Juan, el Real que concluye con el antiquísimo auto sacramental de la sepultura del Señor.
El Sábado Santo es día de silencio y meditación; día de acompañar a la Virgen junto al Sepulcro hasta la gloriosa noche de la resurrección, cuando la luz inundará muestras iglesias para escuchar la atronadora voz del ángel que nos dirá: “No está aquí: ha resucitado”. La Vigilia Pascual, que se celebrará en todas las iglesias bilbilitanas, es la madre de todas las vigilias, y nos hará partícipes del gozo de la resurrección del Señor. Un gozo que se prolongará durante una semana, en la llamada Octava de Pascua, pero que seguirá resonando en nuestros corazones hasta el día de Pentecostés.
Como párrocos de Calatayud nos gustaría invitara todos a los distintos actos y celebraciones, y a recuperar y afianzar el sentido cristiano de estos días santos en los conmemoramos la obra redentora del Señor por su gloriosa Cruz y su santísima Resurrección.
Justo Sánchez, Jesús Vicente Bueno, José Manuel Vargas y Javier Sanz
