Desde hace unos años el aula de órgano del Conservatorio de Pau mantiene un intercambio de conocimiento y trabajo con la profesora de órgano, musicóloga y gestora cultural, la aragonesa Esther Ciudad. Como parte de esa relación formativa, ocho alumnos han visitado la ciudad de Calatayud para conocer los cuatro órganos que conserva la ciudad en sus iglesias. El de la Iglesia de San Pedro de los Francos, el de la Parroquia de San Juan el Real, el de la Basílica del Santo Sepulcro y el de la Colegiata de Santa María.
Por cómo fueron construidos y por su estado de conservación son únicos en una ruta de patrimonio organístico de Aragón. “Los cuatro tienen características sonoras muy diferenciadas y permiten interpretar música desde el siglo XV hasta el siglo XX, en instrumentos que conservan su identidad y estética original”, explica Esther Ciudad.
La concejal de Cultura, Mar López, y el concejal de Patrimonio, José Manuel Gimeno, recibieron a esta delegación de músicos que reconocieron la continuada actividad cultural de la ciudad que gira en torno a este patrimonio, así como el interés para su mantenimiento y conservación. Los órganos bilbilitanos son protagonistas de un ciclo anual de conciertos dirigido por el organista bilbilitano Santiago Beltrán.
El viaje por algunos de los órganos de Aragón ha llevado a este grupo de alumnos del Conservatorio de Música de Pau hasta el Patio de la Infanta, en la capital aragonesa, cuyo órgano histórico se instaló allí en octubre de 1992. Está construido y fechado en Zaragoza en 1692, y es obra del maestro José de Sesma. Con la restauración de este órgano, uno de los más antiguos de Aragón y que había estado en la iglesia de Sabiñán hasta 1977, Ibercaja quiso contribuir al enriquecimiento del patrimonio artístico aragonés y regalar a la ciudad de Zaragoza un instrumento de la más alta calidad para la práctica musical.