Las Fiestas de San Roque 2023 han llegado a su fin con la traca de fin de fiestas celebrada en la Plaza de España, punto de partida de esta misma festividad, donde el pasado domingo se celebraba un multitunario chupinazo y lanzamiento del cohete por parte del Peñista del Año, Paco Herrero. Una traca que antes de encenderla ha guardado un minuto de silencio por un peñista bilbilitano fallecido en el día de hoy a causa de un infarto. Nuestro pésame a la familia y amigos. DEP.
Desde ahí, comenzaban cuatro días llenos de alegría, fiesta y color. Tantos colores como peñas hay: desde el blanco, de la Peña infantil El Desbarajuste hasta el azul de la Euqor o el negro de la Rouna, que este año cumplían 65 años. También el rojo, de El Cachirulo, que cumplía 45. Quedan el amarillo de la Bota, el blanco y azul marino de la Nogara, el verde de Los Que Faltaban, el rosa de la solera, el morado de la Garnacha o el naranja de la Unión. No se nos olvida la Cofradía de San Roque, quien con su fuerza y energía, saca al “jefe” de la fiesta por las calles bilbilitanas.
La fiesta se ha extendido durante todos los días por los locales de la peña y en la plaza de toros, pero también, los casi 6.000 peñistas y los muchos visitantes, han llenado todas y cada una de las calles de Calatayud, en especial en el centro de la ciudad. Otro de los lugares concurridos ha sido la Explanada de la Pera, donde como ya es tradicional se instalaban las atracciones feriales.
Un trabajo que se realiza entre pocos y que sirve para muchos. Y siempre se ve lo malo o ese pequeño fallo que destella más que el sol, pero sirva este artículo para reconocer el trabajo de todos y cada uno de los miembros de la Federación de Interpeñas de San Roque y en especial a su presidente, Gerardo Bernal y a su vicepresidente y secretaria, Juanma y Sonia.
También, y no menos importante a todos y cada uno de los presidentes de las diez peñas san roqueras y a sus directivas y colaboradores. Sin ellos, tengan seguro, que las fiestas no serían posibles. Una peña va mucho más allá de los 115€ que paga el peñista.
Otra de las partes importantes ha sido nuestra querida Plaza de Toros. Un Coso de Margarita que probablemente, haya visto mucha más afluencia de público que otros años durante los siete festejos celebrados: desde el espectáculo cómico taurino “Casta Aragonesa” hasta la querida y tradicional suelta de vaquillas con muñecos de capea pasando por las tres mañanas vaquilleras y las dos corridas de toros. Algo que hay que agradecerle al joven e ilusionado empresario Javier Munárriz, de la empresa TauroNavarra.
Tampoco nos olvidamos de todos los trabajadores de esta fiesta: brigadas de limpieza, hosteleros, fotógrafos, medios de comunicación y todo el personal que hace posible que Calatayud acoga a su duplicada población durante estos días.
Solo queda recordar que han sido unas fiestas sin grandes incidentes. Algo que también debemos de agradecerle y reconocerle a los servicios de emergencias. Un dispositivo de riesgo previsible formado por agentes de la Policía Local, Policía Nacional, vigilantes de seguridad privada, voluntarios de Protección Civil y los servicios sanitarios de Cruz Roja Española. Sin dejar a un lado los servicios del 061, el Centro de Salud y el Hospital Ernest Lluch.
Ahora, hay que empezar una cuenta atrás que finalizará dentro de alrededor de 360 días, cuando los bilbilitanos volveremos a vivir de nuevo nuestras queridas y esperadas fiestas de San Roque. Unas fiestas que, ojalá, ya sean declaradas de Interés Turístico Nacional.
¡Viva San Roque!
¡Viva Calatayud!
