El sector de los eventos (culturales, deportivos, corporativos, etc.) se ha visto duramente golpeado desde que la crisis del COVID-19 comenzara el pasado mes de febrero sufriendo a partir de marzo un 100% de cancelaciones de trabajos ante la imposibilidad de realizar eventos de carácter masivo. Pero por si esto fuese poco, este sector será, casi con total seguridad, uno de los últimos en salir de ella, pues a día de hoy las cancelaciones se prorrogan hasta bien entrado el año 2021.
A esta situación de clara indefensión a la que se enfrentan las empresas que forman parte del sector, se une el hecho de que las medidas propuestas por el Gobierno Central no se ajustan a las necesidades específicas de estas compañías. Algo que sin duda genera en ellas una gran incertidumbre y amenaza su supervivencia.
Un hechoque se suma al perjuicio que el sector de servicios audiovisuales para eventos y actos culturales ya debía soportar antes de que hubiésemos oído hablar de la palabracoronavirus. Nos referimos a hechos como no contar con una regulación laboral propia, obligando a estas empresas a incluirse en un sector como es el del metal con el que poco o nada tienen que ver.
En este arduo escenario las empresas que forman parte de la Asociación SILVIS han decidido reivindicar su identidad corporativa y aunar fuerzas como ya hicieran en su día cuando la asociación vio la luz. En este caso su objetivo es muy claro: pretenden hacerse oír ante la administración local y autonómica dando a conocer su realidad industrial y problemática empresarial. En juego está el futuro de un sector que se resigna a desaparecer sin al menos haber luchado.
La primera de estas acciones encaminada al cumplimiento de este objetivo es su presentación ante los medios en la que aprovechará para hacer públicas sus líneas de trabajo más inmediatas.