
El emblemático circuito de la Ciudadela de Namur, en Bélgica, volvió a demostrar el pasado domingo por qué es considerado la cita más exigente del calendario de la Copa del Mundo de Ciclocross. Con el mayor desnivel acumulado de todo el circuito internacional, el trazado se presentó como una auténtica carrera de supervivencia, marcada por subidas verticales, descensos técnicos de vértigo y un barro profundo que puso a prueba la resistencia física y la pericia de las mejores ciclistas del planeta.
En este escenario épico se dieron cita las grandes estrellas de la disciplina, incluyendo nombres de la talla de Lucinda Brand, campeona del mundo de ciclocross y doble campeona mundial en ruta, y Jolanda Neff, la polifacética campeona olímpica y mundial de XCO. Junto a ellas, figuras como Ceylin del Carmen Alvarado y Puck Pieterse completaron un plantel de auténtico lujo que prometía una batalla sin tregua desde la primera pedalada.
Entre la élite mundial destacó la presencia de la joven bilbilitana Ana López. A pesar de encontrarse en su primer año de categoría sub-23, López tuvo que enfrentarse directamente con las corredoras profesionales en la categoría reina. La ciclista aragonesa cuajó una actuación impecable, manteniendo la concentración y la solidez mecánica durante las seis extenuantes vueltas al circuito belga. Sin cometer errores de bulto en las zonas más técnicas, Ana López logró cruzar la meta en una meritoria 33ª posición.
El valor de este resultado queda subrayado por la dureza de la prueba: hasta 14 corredoras no pudieron completar la carrera al ser retiradas antes de ser dobladas por la cabeza de carrera, una regla implacable en los circuitos de la Copa del Mundo. La victoria final fue para la gran favorita, Lucinda Brand, quien reafirmó su dominio en el barro de Namur. No obstante, la actuación de la bilbilitana supone un hito personal y una demostración de su enorme potencial en el panorama internacional, logrando terminar una de las carreras más duras del año en su debut con las mayores.








