La épica remontada que soñaba la afición bilbilitana se quedó en un espejismo fugaz. El Atlético Calatayud dijo adiós a la Copa del Rey tras caer de nuevo ante el San Just por un contundente 1-4 en el partido de vuelta celebrado en el Campo de San Íñigo.
Alrededor de mil espectadores acudieron al feudo blanquinegro, incluido un palco de gala con directivos de las Federaciones Catalana y Aragonesa, con Manuel Torralba a la cabeza, esperando presenciar una gesta. Y el destino pareció sonreírles al instante. Apenas en el minuto 1, en el primer saque de esquina, Pablo Sebastián desató la euforia al enviar el balón al fondo de la red. El 1-0encendía la mecha de la esperanza.
Con el marcador a favor, el Calatayud dominó el juego, pero el San Just, práctico y a lo suyo, se dedicó a esperar su momento a la contra. El conjunto catalán, con Honrubia bajo palos en lugar del habitual Domínguez, demostró su efectividad. El primer aviso llegó en el 18 con un fallo clamoroso de González, que perdonó a portería vacía. Sin embargo, el delantero se resarciría tres minutos después: un error de la zaga bilbilitana le sirvió en bandeja el empate, el 1-1 (min. 21), que enfriaba el ambiente.
Los blanquinegros trataron de reaccionar (min. 26, tiro de Dani Lahoz lamiendo el poste), pero de nuevo la defensa local flaqueó. Otro despiste fue capitalizado por González, que volvía a golpear y colocaba el 1-2 en el luminoso, dejando la eliminatoria prácticamente sentenciada antes del descanso.
La segunda mitad siguió con el mismo guion. El Calatayud tiraba de rasmia y corazón, intentando la hombrada, mientras que el San Just hacía su partido. La tensión se disparó con la actuación del colegiado navarro, el Sr. Paz, que se mostró excesivamente condescendiente con el banquillo y los jugadores visitantes. La tarjeta brilló para los locales: hasta ocho amarillas contrastaban con las dos únicas mostradas al bando catalán.
A pesar de todo, la figura del encuentro emergió de nuevo: González firmó su ‘hat-trick’ en el minuto 66, aprovechando otro error defensivo y poniendo el demoledor 1-3 que le daba derecho a llevarse el balón a casa. El castigo se completó en el minuto 71, cuando Sánchez cerró la cuenta en una contra, estableciendo el definitivo 1-4. El Calatayud tuvo dos oportunidades claras de maquillar el resultado en el descuento por mediación de Kike Gran y Refusta, pero no cuajaron.
Los últimos minutos estuvieron marcados por la polémica arbitral: el colegiado, que había añadido 6 minutos, solo permitió jugar 2, cediendo ante los gritos del banquillo visitante que pedía el pitido final. Además, los escasos 50 aficionados catalanes desplazados a San Íñigo “protagonizaron un incidente al introducir botes de humo en el campo, obligando a la directiva local a pedir al árbitro que no lo reflejase en el acta para evitar una posible sanción económica al club”, tal y como aseguran a través de las redes sociales.
Con la eliminación consumada, el Atlético Calatayud, que no pudo contar con el lesionado Alex Esteban, debe pasar página. Su objetivo ahora es centrarse por completo en la Liga y afrontar el reto de conseguir el ansiado ascenso a Tercera División, una meta que se le ha resistido en los últimos tres años.
