En pleno corazón del casco histórico de Calatayud, en la Calle Morería, una de las arterias de acceso al Castillo Mayor o de Ayud, encontramos una casa singular. La casa de Antonio Gil Lázaro. Él mismo la llama “La Morería”, de hecho, así se refiere a ella: “vamos a la Morería”.
Hemos querido venir hasta aquí, y sentados en el patio escribimos una interesante entrevista.
PREGUNTA: Buenas tardes Antonio, ¿dónde nos encontramos?
RESPUESTA: Nos encontramos en mi casa, en la Morería como yo la llamo. Hecha con mucho esfuerzo y sudor.
P: ¿Cuánto tiempo has estado trabajando para conseguir el resultado actual?
R: Desde el año 2.000 al actual. Digo al actual, porque nunca se acaba de trabajar, siempre hay algo que hacer, algo que retocar o algo que añadir.
P: ¿Cuáles han sido las últimas modificaciones que has hecho en la casa?
R: La puerta morisca se hizo en el año 2014 y es un símbolo de la arquitectura típica de un barrio Morisco, como es éste. También, en el año 2019 incorporé un horno moruno de leña en el que disfrutamos de comidas y cenas en familia y con amigos.
P: Vemos una casa moderna, trabajada y con muchos rincones singulares, ¿has metido horas aquí, verdad?
R: La verdad que sí. Todos los rincones y detalles están hechos con mucho cariño y todo acorde a la decoración morisca. Desde el patio hasta el tejado, pasando por la cocina y un pequeño resto de montaña que se adentra en la habitación principal de la casa, donde encontramos un pequeño hogar de leña.
Vecinos y amigos de Antonio, nos cuentan como fue la rehabilitación de la casa. Recuerdan con una sonrisa en la cara, cuando subía con una moto llena de sacos de cemento y arena; y cuando le preguntaban cómo iban los trabajos, siempre decía “la Morería está en marcha”.
Sin duda, una rehabilitación para nada fácil, además cuando ese no es tu trabajo, sino que es una sencilla afición. Afición que hoy en día es valorada por familiares y amigos, quienes comparten con Antonio unas veladas de cuento.
P: ¿Qué trabajos estás realizando ahora en la Morería y con que los compaginas?
R: En estos momentos, me encuentro recogiendo la piscina, las macetas de tomates y las flores. Todo ello ha engalanado el patio durante el verano. Lo compagino con mi trabajo de auxiliar de ayuda a domicilio en la Comarca Comunidad de Calatayud.
P: ¿Cómo se prevé el invierno?
R: Así como el verano ha sido intenso, con días de familia y piscina, ahora toca pasar veladas al lado del hogar. Mis amigos ya esperan y me preguntan cuándo vamos a asar en el horno de leña, así que tendremos que ir preparando.
P: ¿Cómo valoras los trabajos que has realizado en esta casa?
R: Son difíciles de valorar, ya que con mi pequeña experiencia, al final lo he conseguido. Si que se valora, cuando paso las jornadas con mi familia en la casa y ves el resultado de algo hecho con mucha ilusión.
P: ¿De quién era esta casa?
R: La casa era del Señor Juan Pablo y la Señora Chon, bisabuelos del director de este periódico. Eran unos señores muy amenos que con mucha tristeza, dejaron la casa para cederla a un nuevo propietario. Aún recuerdo, cuando el Señor Juan Pablo venía, al comenzar a rehabilitar, y me decía: “No te preocupes, que con el tiempo lo harás todo”, y así ha sido. Desde aquí, mi particular homenaje a ellos.
P: ¿Qué previsiones tienes con la Morería?
R: Pues de momento, seguir disfrutándola con mi familia y amigos. Podría ser, hacer algo más allá, pero de momento hay que disfrutarla.
P: ¿A quién le dedicarías unas palabras?
R: Pues le dedicaría unas palabras a mi querida madre. Esta casa esta rehabilitada con todo el cariño hacia ella. Un abrazo allá donde estés, madre.
Sin duda, una historia de ilusión, superación, constancia y trabajo contada por un bilbilitano, Antonio Gil, de 47 años, que ha compaginado el trabajo con “su Morería” durante más de veinte años.
Una historia, también, en la que se puede observar y mostrar la lucha por el casco antiguo de la ciudad y por una parte, no del todo valorada como puede ser la Calle Morería.