La Denominación de Origen Protegida (DOP) Calatayud ya cuenta con una nueva bodega. Raíces Ibéricas, ubicada en la localidad de Maluenda, y que se constituyó el año pasado con la adquisición de la antigua bodega Castillo de Maluenda, se ha inscrito en el registro del Consejo Regulador, lo que le permite empezar a comercializar vinos con la contra-etiqueta de la Denominación.
Raíces Ibéricas, liderada por Mark Schiettekat, distribuidor belga y productor de vinos, está desarrollando un ambicioso proyecto en esta localidad bilbilitana, atraído por la singularidad y el potencial de los vinos de garnacha de la DOP.
En un principio, los vinos que van a comercializar bajo la denominación son la gama de Las Pizarras (Volcan y Fabla 506), Viña Alarba y Altos Las Pizarras, según señalan desde la Bodega.
Sébastien Richard, responsable de la bodega, añade que es un proyecto a largo plazo, en que “tenemos una implicación en el territorio y de compromiso social, adquirido también con la cooperativa San Isidro de Maluenda, que este año cumple su 50 aniversario, para mantener y potenciar la adquisición de uva”.
Por otro lado, desde Raíces señalan que su decidida apuesta por Calatayud “está basada en el potencial de la Denominación, con un territorio singular, con posibilidades de desarrollar elementos diferenciadores a través del terroir y la elaboración de vinos con personalidad propia”.
En este sentido, ofrecen además su colaboración al Consejo para dinamizar acciones que contribuyan a dar más notoriedad a los vinos de la denominación.
La dirección de la bodega está acometiendo una amplia reforma de las antiguas dependencias de la bodega y ampliando algunas de las instalaciones, en un proyecto a medio plazo que le permita alcanzar una producción de unas 400.000 botellas al año, así como una intensa labor de enoturismo, que consideran prioritario, tanto para dar a conocer sus vinos como el territorio.
Para el presidente de la DOP, Michel Arenas, la inscripción de la nueva bodega “es una buena noticia, ya que pone de manifiesto el potencial de nuestra denominación y de sus vinos singulares: viñedo extremo, vinos de altura”. También significa “un importante compromiso social y de futuro de los nuevos inversores con los viticultores de Maluenda tras la pérdida de la antigua bodega”.