Volvía el equipo bilbilitano al San Íñigo en una soleada tarde de domingo queriendo seguir sumando de tres para acabar lo más alto posible en la clasificación, pero el partido no fue nada bueno.
Los primeros minutos del encuentro invitaban al optimismo. El temprano gol de Diego desde los once metros, la facilidad para encontrar espacios entre las líneas visitantes y los numerosos acercamientos al área durante los primeros veinte minutos podían hacer pensar a los aficionados que el partido se resolvería temprano, pero no. El equipo se fue contagiando poco a poco del ritmo cansino del encuentro, en gran medida potenciado por el conjunto arbitral, y empezó a conceder ocasiones a los visitantes que acabarían igualando el marcador en el minuto 39. Previamente, Navarrete ya había salvado un gol cantado con una doble intervención espectacular en el rechace de un córner. La parada fue lo mejor del partido.
En la segunda parte no se tiró a puerta, a ninguna de las dos. El Cella optó por mantener el resultado retrasando varios metros las líneas defensivas para no dar opción a la carrera de los atacantes locales. Los de Luis Ángel Lassa, por su parte, intentaban precipitar un robo de balón en área rival con una muy tímida presión que no dio resultados. Con el 1-1 de la primera parte se llegaría al final, resultado justo teniendo en cuenta que ninguno de los dos equipos mereció ganar.
Mal partido que rompe con lo que podíamos ver últimamente del equipo tras las buenas actuaciones ante Calatorao y Utrillas. Las notas positivas del partido las dejaron Alberto Royo, que demostró la pausa y calidad necesaria para el centro del campo, Joserra de nuevo y Karim en su debut.
La próxima semana el Atlético Calatayud descansa. Su vuelta a la competición será el día 15 de mayo desplazándose a Morata.