Más de 600 metros cuadrados de instalaciones, ubicadas en pleno centro de Calatayud en el edificio de Claretianos: 6 habitaciones equipadas para 44 personas, sala de reuniones, de ensayos y un comedor. Cinco de estas habitaciones, con capacidad para 8 personas, disponen de sus literas, taquillas, una zona de estancia y unos baños dobles completamente equipados y con dos duchas. Una habitación para 4 personas dispone además del baño adaptado para personas con movilidad reducida. En la rehabilitación se ha renovado toda la instalación eléctrica a bajo consumo y las habitaciones disponen de calefacción y aire acondicionado individual. El comedor está amueblado y equipado con microondas, fregadero y frigorífico y toda la instalación cuenta con unos nuevos aseos comunes también con duchas.
«El proyecto nació hace dos años con el objetivo de poder colaborar con nuestro tejido asociativo en sus actividades e intercambios que requieren pernoctar y que les supone un gran obstáculo», comenta José Manuel Gimeno, concejal delegado de Escuelas Taller. «En las próximas semanas convocaremos a las asociaciones bilbilitanas para que lo conozcan», añade Gimeno.
El departamento de Juventud y Participación Ciudadana está terminando un reglamento de uso, ya que desde el Ayuntamiento de Calatayud se quiere evitar que este albergue sea una competencia a los hoteles de la ciudad.
Este nuevo equipamiento viene a ampliar los ya existentes en la ciudad y ha sido posible gracias a la labor de 30 alumnos de la escuela taller y de sus monitores, donde se han formado y trabajado durante año y medio. A excepción de las ventanas de aluminio, toda la reforma, incluida la fabricación del mobiliario, ha recaído en la parte práctica de la Escuela Taller, formando a estos jóvenes en albañilería, carpintería, pintura, fontanería y electricidad.
También se han realizado mejoras en la «Casa de los Cabezudos», que reabrirá en septiembre.
