
La Oficina Comarcal de Atención al Consumidor (OCIC) de la Comarca del Aranda atraviesa actualmente una situación de incertidumbre que afecta directamente a la calidad del servicio prestado a la ciudadanía. Tras la reciente reincorporación de su técnico, la actividad se está desarrollando en la práctica bajo una jornada parcial, una circunstancia que choca frontalmente con la ampliación a jornada completa que el Consejo Comarcal aprobó y publicó de forma oficial durante el pasado año 2023.
Esta discrepancia entre la planificación administrativa y la realidad operativa supone un freno al ambicioso plan de refuerzo que se había diseñado para el territorio. El acuerdo original buscaba potenciar la atención presencial en los diferentes municipios de la comarca e introducir nuevos servicios de asesoramiento digital, herramientas consideradas esenciales para dar respuesta a las crecientes demandas de los usuarios en el contexto actual.
Las consecuencias de este desajuste ya se dejan sentir en el día a día de la oficina. La reducción efectiva del tiempo disponible para el público limita la itinerancia del servicio por los pueblos de la zona, lo que dificulta el acceso a la defensa de sus derechos a aquellos vecinos con menor movilidad. Este escenario compromete la cercanía y la eficacia de una prestación pública fundamental en un ámbito tan sensible como es el consumo.
A pesar de que los órganos de gobierno comarcales establecieron la jornada completa como el instrumento necesario para garantizar una atención adecuada, el cumplimiento de dicho compromiso permanece en suspenso. En estos momentos, la cuestión se está tramitando a través de las vías administrativas y legales pertinentes con el fin de resolver el conflicto y restablecer el servicio en los términos que fueron pactados y anunciados públicamente a los habitantes de la Comarca del Aranda.








