El pasado sábado las calles de Calatayud se tiñeron de espíritu festivo y compromiso social con la celebración de una jornada que logró aunar la pasión por las dos ruedas con una causa solidaria. El evento, centrado en la recogida de juguetes para los niños ingresados en el Hospital Ernest Lluch de la localidad, se saldó con un balance muy positivo tanto en participación como en el impacto de su labor solidaria.
La actividad arrancó a media mañana desde la Sala My Way con la Gymkhana Safera, una propuesta lúdica que sirvió como punto de encuentro inicial. Para formar parte de este desafío, cada participante aportó un juguete nuevo o en perfecto estado, conformando así el primer gran lote de donaciones del día. Tras el esfuerzo matutino, la comunidad se reunió en una multitudinaria comida de hermandad donde una paella de carne fue el plato principal, consolidando los lazos entre los asistentes en un ambiente de celebración.
La tarde trajo consigo una de las grandes novedades de este año: un concurso que premió la creatividad de los motoristas al decorar sus vehículos con motivos navideños. Este despliegue de ingenio precedió al momento más esperado, la tradicional ruta motera por las calles de Calatayud. El rugir de los motores y el colorido de los adornos captaron la atención de los vecinos durante un recorrido que guardaba un destino final cargado de emoción.
El secreto de la ruta se desveló al llegar al Hospital Ernest Lluch, lugar elegido para la entrega de todos los juguetes recaudados. Esta iniciativa permitió que los niños ingresados durante estas fechas recibieran un adelanto de la ilusión navideña de manos de los propios participantes.
En total, la jornada contó con la presencia de medio centenar de personas y una treintena de motocicletas, demostrando el músculo solidario del colectivo motero local. La celebración concluyó con un tardeo de despedida en la Sala My Way, cerrando así un sábado donde la diversión y la generosidad marcharon de la mano por una buena causa.
