El origen de esta Hermandad se remonta al año 1649, desde entonces se ha esforzado en salvaguardar el legado material e inmaterial que se encuentra en el Santuario de la Virgen de la Peña y que estuvo a punto de desaparecer en varias ocasiones. Actualmente es la propietaria y gestora del Santuario de la Virgen de la Peña. Otro de los legados patrimoniales de los que se hace cargo la Hermandad es el Rosario de Cristal de Calatayud, datado como el más antiguo de Aragón.
Uno de los fines de esta Hermandad es la promoción y conservación del Rosario de Cristal, que es el broche de oro de nuestras las Ferias y Fiestas de Calatayud y una interesante y centenaria tradición bilbilitana, que merece la pena intentar recuperarla en su esplendor, dignificarla, y mantenerla como tradición festiva y manifestación religiosa. Por eso, en enero de este 2.023, esta hermandad solicitó al Ayuntamiento de Calatayud que iniciase la tramitación para que sea declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón.
A lo largo de todos estos años, la Esclavitud de Nuestra Señora de la Peña ha cuidado y reparado este legado. Primero los faroles eran iluminados por la combustión de velas de cera, más tarde se cambiaron a lámparas de acetileno. En 1.985 se modificaron para que la iluminación fuera eléctrica a través de acumuladores. La última actualización fue en 2.005 en la que se cambió el sistema de iluminación por bombillas eléctricas alimentadas por pilas de petaca.
El pasado año, tras tres años parado el Rosario de Cristal por la pandemia, “nos encontramos en la tesitura de tener que comprar pilas de petaca para cada uno de los 250 faroles de mano, o comenzar un ambicioso proyecto más sostenible con el medio ambiente”, aseguran desde la hermandad. Algo que ha consistido en renovar toda la iluminación existente por bombillas de led y modificar el sistema eléctrico por pilas recargables, que tienen una vida útil mucho más larga, sostenible y eficiente.
Así hicieron y la mayoría de faroles de mano pudieron salir con la nueva iluminación. Este año, el 100% de ellos está cambiado. Pero las mejoras no se han quedado allí, sino que “hemos continuado con el cambio a luces led del resto de faroles tipo peana”, añaden. Se trata de un trabajo laborioso, en el que “tenemos que agradecer al Club Consolación su total implicación”, puntualizan.
Este año podremos apreciar los cambios realizados en el Farol de los Bilbilitanos, una auténtica joya creada en los talleres Quintana de Zaragoza, que necesitaba dos baterías de grandes dimensiones para su iluminación y tras el cambio de bombillas tan solo una pequeña.
También se ha cambiado el farol tipo peana de Santo Domingo de Guzmán, que lucirá ya con bombillas led.
Otra de las novedades de este año será la restauración de los cuatro ángeles que orlan la centenaria carroza que representa el “Hallazgo de la Virgen de la Peña” en la que procesiona la imagen de Nuestra Patrona en el Rosario de Cristal, realizada en madera dorada y policromada en los talleres valencianos Miralles y Cía.
A lo largo de este año, de cara al Rosario de Cristal de 2024, queremos seguir realizando el cambio de todos los faroles medianos y resto de los grandes.
Antigüedad
Este año se encontró un antiguo libro de actas de la Hermandad o Esclavitud de Nuestra Señora de la Peña. En él se puede leer que, el que fuera secretario de la misma, Manuel Marco Perez, en fecha 1871, cedía todos los faroles que ya estaban hechos, los que estaba haciendo y los que en un futuro hiciera.
Ya Torre Albarrana había puesto en conocimiento de la hermandad de la patrona bilbilitana que, en su labor investigadora, encontró en el libro de actas del Ayuntamiento de Calatayud del año 1871, una carta en la que la Junta de la Esclavitud invitaba, en oficio de 26 de agosto, a la Corporación municipal, “…que así como siempre ha acudido a la fiesta principal de la Patrona, este año se sume al Rosario del día 8, que saldrá de Santa María, a las siete de la tarde.” Y la respuesta del Ayuntamiento en la que aceptaba la invitación de la Esclavitud y así lo comunicaba el 27 de agosto de 1871. Lo que viene a corroborar que el Rosario es anterior a la fecha, hasta ahora oficial, de 1878.
“En nuestro afán de seguir estudiando la historia de nuestro Rosario y por ende la de Calatayud”, indican desde la Esclavitud, “hemos encontrado al descendiente directo de Manuel Marco Pérez, creador del mismo, con la misma ilusión que nosotros en conocer la historia de sus antepasados su legado”. Manuel Marco está ayudando de manera muy activa, aportando todo tipo de documentación como por ejemplo una libreta manuscrita con la formulación que empleaban para conseguir los diferentes tonos que colorear los cristales.
Desarrollo del Rosario de Cristal
El Rosario de Cristal de Calatayud se inicia con un farol con forma de cruz acompañado de otros dos, uno a cada lado. A partir de allí, comienzan los cinco Misterios Gozosos que están compuestos cada uno por un farol grande con motivos alusivos al Misterio de representan y doce farolillos que simbolizan las 10 Avemarías, el Padre Nuestro y el Gloria (estos dos últimos un poco más grandes). El color predominante de esta parte es el verde. Preside esta parte del Rosario la peana de Santo Domingo de Guzmán, fundador del Santo Rosario.
La segunda parte también se inicia con un farol con forma de cruz acompañada de dos faroles, está formada por los cinco Misterios Dolorosos, de igual composición que el anterior, y cuyo color predominante es el morado y blanco. Preside esta parte la peana de San Iñigo Abad, patrón de Calatayud.
En la tercera parte son los Misterios Gloriosos, donde predominan los cristales de color rojo, se inicia con un farol grande en forma de cruz y dos más a su lado. El resto tiene la misma composición que los anteriores. Este tramo del Rosario estaba presidido por el conocido como farol del Excelentísimo Ayuntamiento de Calatayud, que se encuentra en proceso de restauración integral.
En resumen, se trata de un proyecto de conservación del patrimonio cultural, con el fin de mantener los elementos participantes en la procesión del Rosario de Cristal en la que participan más de 2000 personas, muchas vistiendo nuestro traje regional, representando a todas las asociaciones de la ciudad.
Una manifestación religiosa y cultural que cada ocho de septiembre, reúne a hermandades, particulares, e instituciones para celebrar el día de Nuestra Señora la Virgen de la Peña, iluminando el casco histórico bilbilitano con más de 200 faroles. Es el Rosario de Cristal más antiguo de todo Aragón, y el acto principal del día grande de Calatayud.
Tras la incorporación por su Santidad Juan Pablo II de los Misterios Luminosos, el Rosario quedaba incompleto, pero desde 2.006 la cofradía del Santísimo Cristo de la Paz incorporó un bonito farol representándolos, con alegorías a la Virgen de la Peña y motivos de nuestra ciudad como la fuente de ocho caños.
Cabe destacar las peanas de la Virgen de la Peña vestida, el farol de los Bilbilitanos Ausentes, el de la Real Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad, o la peana de la Aparición de la Virgen desde la que desfila la imagen de la Virgen de la Peña.
Se trata de un proyecto de conservación del patrimonio cultural, con el fin de mantener los elementos participantes en la procesión del Rosario de Cristal en la que participan más de 2000 personas, muchas enfundadas en el traje regional, representando a todas las asociaciones de la ciudad.
Una manifestación religiosa y cultural que cada ocho de septiembre, reúne a hermandades, particulares, e instituciones para celebrar el día de Nuestra Señora la Virgen de la Peña, iluminando el casco histórico bilbilitano con más de 200 faroles. Es el Rosario de Cristal más antiguo de todo Aragón, y el acto principal del día grande de Calatayud.
Resumiendo, el Rosario de Cristal consta de 204 faroles de mano, repartidos en quince misterios que cuentan con 10 Avemarías, Padre Nuestro y Gloria, un farol de un tamaño mayor que anuncia el Misterio correspondiente, y diferentes peanas grandes iluminadas.